Tomar decisiones importantes de la vida puede resultar abrumador. Para que el proceso sea más manejable, considere la posibilidad de usar la siguiente estrategia de ocho pasos.
Paso 1: defina su objetivo. ¿Qué está tratando de lograr o demostrar al tomar la decisión?
Paso 2: haga una evaluación preliminar de sus opciones. Defina con rapidez si tiene muchas o tan solo algunas opciones para evaluar.
Paso 3: tenga claro qué es lo que está en juego. Cuando se trata de decisiones importantes relacionadas con su salud, su familia, su carrera y sus finanzas, es importante que reflexione en lo que está en juego y cómo priorizará esos valores. Si bien en última instancia la decisión es suya, en esta etapa conviene pedir la opinión de otras personas, ya que tener más información puede darle mayor tranquilidad al tomar la decisión final.
Paso 4: evalúe la importancia de la decisión. Esto le ayudará a determinar cuánto tiempo, energía y dinero invierte en el proceso de decisión.
Paso 5: calcule cuánto tiempo y energía necesitará. A partir de este momento, deberá organizar su proceso de toma de decisiones y establecer plazos para tomar la decisión definitiva.
Paso 6: elija una estrategia para tomar la decisión. ¿Analizará los pros y los contras de la situación? ¿Dará más peso a las opiniones de profesionales que a las de otras personas? ¿Seguirá su intuición?
Tener un plan sobre la manera en que tomará la decisión definitiva lo ayudará a determinar qué aspectos es fundamental que tenga en cuenta.
Paso 7: defina y evalúe sus opciones. A medida que avance en el proceso de toma de decisiones, es posible que descubra información nueva que modifique su punto de vista sobre las opciones.
Paso 8: tome la decisión… a tiempo. Una vez que tenga toda la información a mano, deberá tomar una decisión definitiva. Haga todo lo que pueda para ajustarse a los plazos que estableció en el paso 5 para asegurarse de pasar a la acción y no reflexionar en exceso sobre la cuestión.