Las decisiones que toma fuera de la cancha son tan importantes como las que toma mientras está jugando al baloncesto. Tomar malas decisiones puede tener consecuencias desastrosas para usted, sus patrocinadores y el deporte en general. Hasta las decisiones cotidianas insignificantes podrían tener efectos profundos sobre su carrera.
Gran parte de lo que pueda ganar dependerá de su reputación dentro y fuera de la cancha. Los equipos quieren contratar a jugadores que sean trabajadores y confiables. Los patrocinadores quieren trabajar con atletas que toman buenas decisiones y no se meten en problemas cuando están en público. Y los aficionados disfrutan apoyando a atletas conocidos por ser buenas personas en todos los aspectos de sus vidas.
Existen dos claves para tomar buenas decisiones respecto de su conducta pública como atleta de élite:
- Sea muy consciente de su entorno. En la sociedad actual, la privacidad está perdiendo terreno frente a la cobertura mediática las 24 horas del día y los 7 días de la semana, y el acceso instantáneo a la información. Las redes sociales nos mantienen comunicados, pero también representan un enorme desafío para las figuras públicas que quieren proteger su privacidad fuera del campo de juego. El fenómeno de las redes sociales escapa a su control, pero lo que sí puede hacer es controlar sus acciones tomando buenas decisiones.
Siempre asuma que alguien lo estará viendo y antes de actuar tómese un momento para reflexionar sobre las consecuencias que podría tener su conducta. Podría sonar tonto, pero una buena estrategia es imaginarse qué pensaría alguien cercano, como su mamá. Si a su mamá no le gustaría, puede estar seguro de que alguien con un teléfono o una cámara querrá publicarlo en línea.
- Recuerde que usted es una figura pública y que representa al baloncesto. Cuando elige transformarse en un atleta de élite, también acepta que podría convertirse en una figura pública. Las personas lo reconocerán, lo admirarán y querrán saber más sobre usted. Podría parecer injusto que tenga que sacrificar parte de su privacidad, pero eso no es más que parte del trabajo.
Como figura pública, las personas miran lo que hace y con frecuencia están esperando a que cometa un error. Cualquier conducta que pudiera manchar su reputación también podría perjudicar su relación con sus patrocinadores y empleadores. Siempre tenga eso presente; si determinadas acciones fuera de la cancha pudieran conllevar pérdidas económicas o daños a su carrera, piense bien antes de actuar.
Tomar decisiones inteligentes exige más que nada sentido común y respeto hacia las personas que pudieran verse afectadas por sus decisiones.