Fijarse metas es una costumbre poderosa que puede generar entusiasmo y brindar una orientación clara. No obstante, hacerlo no es fácil y muchas personas no logran fijarse metas y alcanzarlas. El principal motivo es que no han logrado superar alguno de los muchos obstáculos del proceso de establecer metas.
- 1. Al fijarse una meta se prioriza el plan, no la ejecución
Un potencial riesgo del proceso de fijarse una meta es dedicar más tiempo, energía y creatividad al diseño de la meta que a la consecución de la meta en sí. Si bien la planificación es importante, la ejecución de ese plan es lo verdaderamente fundamental. El progreso constante y las evaluaciones periódicas es lo que permite que cualquier plan se haga realidad.
- 2. Demasiadas metas, pero ninguna prioridad
Lo aconsejable es que la cantidad de ventas sea manejable; se recomiendan de cinco a siete. Cuando las metas son demasiadas, se vuelve difícil determinar cuál de todas es la que debe alcanzarse en la siguiente etapa. Algunos síntomas de que se ha topado con este obstáculo son:
- Nunca sentir que terminó una tarea.
- Imposibilidad de vincular su meta con un sistema de recompensas que le permita reconocer sus logros.
- No ser capaz de determinar cuál es la meta prioritaria.
- Ir tachando tareas de una lista de actividades sin integrarlas a un plan a largo plazo.
Tener una cantidad manejable de metas que abarquen los principales aspectos de su vida le permite priorizar lo importante sin sentirse abrumado.
- 3. Las metas personales pierden relevancia
Las metas personales son las que en general quedan pospuestas, ya que no hay plazos que cumplir ni ningún entrenador que le esté diciendo que debe alcanzarlas. Su futuro más allá del baloncesto depende de que se fije y trabaje hacia metas personales, las cuales solo usted puede decidir y trabajar para alcanzar. Si deja pasar demasiado tiempo, corre el riesgo de olvidar para siempre las metas personales que se haya fijado para usted mismo.